Entendemos por coeducación el proceso educativo que favorece el desarrollo integral de las personas independientemente del sexo al que se pertenezca, de modo que una escuela coeducativa es aquella en la que se corrige y se elimina todo tipo de desigualdades o mecanismos discriminatorios por razón de sexo. Así pues el objetivo es que los alumnos y alumnas puedan desarrollar libremente su personalidad en un clima de igualdad.
Para educar en igualdad no sólo se deberá intervenir desde la escuela, sino que también desde la familia. A nosotras, por la parte que nos toca, como maestras deberemos trabajar desde el ámbito educativo para erradicar estos hechos y procurar crear las condiciones necesarias para potenciar los aprendizajes, incorporando el valor y la riqueza que supone la diversidad.
Me gustaría destacar como la profesora que tuve en el practicum I trabajaba la coeducación de manera transversal: los niños estaban colocados por grupos de manera intercalada, es decir, chico, chica, chico, chica. También cuando pintaban en una cartulina de color, la profesora no les daba directamente el color que ella quiera, sino que son ellos los que eligen el color que quieren y, pude observar como habían chicos que cogían el rosa y chicas que cogían el azul, rompiendo los estereotipos conservadores. Lo mismo sucedía a la hora de jugar, ellos eran los que en diversas ocasiones elegían a que juego jugar, como a la plastilina, palitos, la cocinita, puzles, etc. Un día pintamos a los niños de diferentes personajes, podían elegir entre caballero, princesa o papa noel y, hubieron dos niños que quisieron que les pintáramos de princesa. Con todo esto lo que pretendo resaltar es que la profesora en todo momento ha respetado las decisiones de sus alumnos y, no les ha impedido que escojan o hagan una cosa u otra por el hecho de ser chico o chica, de modo que al igual que mi tutora de prácticas, todos los maestros y maestras deberían hacer lo mismo para acabar con los estereotipos y respetar la libertad del individuo.
